El mal característico de la estación invernal, la helada, ocurre cuando el frío muy intenso congela el agua contenida a nivel intracelular en las hojas. El hielo ocupa mayor espacio que el agua líquida y rompe las paredes de las células. Cuando sale el sol, el derretimiento provoca que estas células se deshidraten y mueran, y con ellas muchas veces la planta aparece quemada.
Basta que haya menos de 10°C para que los cítricos, chirimoyos y aguacateros no puedan ser polinizados. Y del mismo modo que pasa con el agua, la savia de estas plantas -no nativas- se congela al interior de las mismas. Otras especies muy sensibles a las heladas son: fucsia, alcanforero, lúcumo, aralia gigante, hibisco, floripondio, coprosma y banano. A continuación algunos consejos y medidas que protegerán su jardín durante los duros fríos del invierno.
-
CUIDANDO EL DISEÑO DE SU JARDÍN
• Evitar plantar especies sensibles en terrenos planos, donde las heladas se mantienen mayor tiempo, efecto que se debe a que el aire caliente tiende a subir, mientras el aire frío es más pesado. Algunas especies muy sensibles a las heladas son: fucsia, alcanforero, lúcumo, aralia gigante, hibisco, floripondio, coprosma y banano.
• Las plantas ubicadas en pendiente resienten menos las temperaturas bajas extremas.
• A varias especies las afecta el frío, incluso si la temperatura no baja de 0°C, el punto de congelamiento del agua.
• Basta que haya menos de 10°C para que los cítricos, chirimoyos y aguacates, no puedan ser polinizados. Y del mismo modo que pasa con el agua, la savia de estas plantas -no nativas- se congela al interior de las mismas.
-
REALIZANDO UN BUEN RIEGO
• El nivel de drenaje del suelo es fundamental para evitar que la tierra retenga las lluvias y riegos. La filtración y eventual congelamiento del agua bajo la superficie, causa mayores estragos en las plantas que la sola helada nocturna. Tener esto en cuenta sobre todo con los cultivos de rocalla, maceteros, jardineras, y en los terrenos hacia donde bajan las pendientes.
• Durante el invierno evitar regar las plantas durante mucho rato. La frecuencia y volumen de riego se debe disminuir desde fines del verano, claro que de modo progresivo.
• Dos consejos para cuidar las plantas de interior que sufren falta de oxígeno y sequedad por la calefacción: riego mínimo o nulo, y en cambio aspersión sobre el follaje para propiciar mayor humedad ambiental. Además, sacar un poco de la tierra más superficial y en su lugar depositar turba húmeda con ripio grueso previamente lavado.
-
CUIDADOS INVERNALES A TENER EN CUENTA
• Envolver las plantas de tallos verdes con una cubierta de arpillera o cañizo, especialmente el extremo de sus ramas. Tomar esta precaución especialmente con: gomero, palo borracho, ceibo enano; o con la jacarandá, el ombú y la bahuinia en su etapa juvenil.
• Frutales y otras especies —jóvenes— como el aguacatero, el cítrico, el alcanforero y el magnolio de hoja, proteger con una cubierta de totora, de modo que la escarcha no destruya los puntos de crecimiento.
• Cubrir los plantones con una carpa de plástico.
• Proteger las especies recién plantadas realizando un “acolchamiento” con guano y tierra de hoja alrededor de las raíces superficiales, o acumulando paja en la base de la planta.
• Otro buen aislante térmico frente a las temperaturas extremas (sean bajas, o altas en verano) es un buen compost ya sea casero o adquirido. Cubrir el suelo con una capa de 5 cm. a 7 cm. de este compuesto orgánico.
• Los árboles particularmente sensibles al frío pueden rodearse con cultivos de herbáceas o arbustos resistentes a las bajas temperaturas, por ejemplo: hortensia de invierno, chinas, ranúnculos, prímulas, freesias, jacintos, orejas de oso y pensamientos.
• Las plantas injertadas merecen el mayor cuidado. Cubrir el área de injerto con una mezcla de tierra y guano.
• Sólo cuando el tiempo se haya estabilizado y no se vislumbren más heladas, podar las plantas que hayan sufrido deterioro por causa de aquellas.