Germinación de semillas
Los frutos de las tillandsias son cápsulas alargadas con miles de semillas en su interior. Cada semilla tiene una borla de pelillos que, a semejanza de un paracaídas, le permite flotar hasta que se adhiere a una superficie húmeda. Son viables, es decir, mantienen su capacidad de germinar, por aproximadamente 6 meses; por ello es necesario contar con semillas recientes para originar plántulas.
Las semillas se obtienen de plantas vigorosas. Para atraparlas, en el área de propagación se cuelgan con frutos en avanzada maduración rodeadas de un ligero armazón de madera forrado de tul u otra tela fina que permita el paso de la luz y el aire. Las semillas se transportan y conservan, por poco tiempo, en bolsas de papel rotuladas con el nombre de la especie y la fecha de recolección.
Las semillas de las tillandsias de hojas grises, propias de ambientes secos, y las semillas de las de hojas verdes, comunes en bosques húmedos, responden de manera distinta a los métodos de germinación; a continuación describiremos los más apropiados para unas y otras.
Método de la malla mosquitera
Las semillas recién colectadas y secas se distribuyen con la mano en camas de malla mosquitera pequeñas y portátiles, y se fijan a la malla con un chorro de agua. Por supuesto, deben probarse chorros de distinta fuerza hasta encontrar uno que no expulse las semillas de la malla. Las camas se mantienen en posición horizontal en un punto sombreado del área de propagación y se riegan diariamente con atomizador. Cuando comiencen a emerger las plántulas se cuelgan las camas de manera vertical dentro del área. Al alcanzar las plántulas aproximadamente 3 centímetros de tamaño se cortan pequeños cuadros de malla con grupos de ellas y se depositan en macetas con sustratos adecuados o se sujetan a troncos y ramas y a los mismos árboles del área de crecimiento del vivero.
Método del bulto
En condiciones naturales, las semillas son dispersadas por el viento hasta que se posan en la corteza de ramas y troncos, en donde son arrastradas por la lluvia. Las que caen en grietas, al hallarse menos expuestas a los rayos solares y más húmedas, finalmente germinan.
Para imitar este proceso en el vivero las semillas se ponen a germinar en ramas aglomeradas. Si se emplean las de árboles nativos portadores naturales de bromelias, como contienen substancias fungicidas, antiparasitarias y reguladoras de la acidez, se reduce el crecimiento de hongos, algas y musgos que afectan la germinación.
El procedimiento para preparar y manejar los bultos de germinación es el siguiente:
1. Se juntan a manera de manojo dos ramas tiernas de árboles nativos del grueso de un lápiz, de 20 a 30 cm de largo y con todas sus ramas laterales.
2. Las ramas laterales se doblan repetidamente sobre las ramas centrales hasta envolverlas y formar un bulto compacto, que deja sin cubrir 4 cm en las puntas de las ramas centrales. Los extremos y la parte media del bulto se sujetan con alambre delgado y las ramillas sobrantes se cortan.
3. Con ayuda de una pinza o una cucharita se depositan las semillas en el bulto tratando de distribuirlas de manera uniforme y no a profundidad, para que dispongan de luz suficiente para germinar.
4. De manera muy cuidadosa se envuelve el bulto con alambre más delgado o fibra vegetal para compactarlo más y asegurar las semillas.
5. El bulto se humedece ligeramente con agua de lluvia empleando un atomizador para fijar las semillas a las ramas, y se deja en posición vertical en un lugar fresco hasta que haya escurrido el agua sobrante. En lo sucesivo se riega el bulto con atomizador para mantenerlo ligeramente húmedo.
6. Se cuelga el bulto en el área de propagación con un alambre grueso amarrado a una de las puntas libres.
7. Tras la aparición de las primeras plántulas y cuando estas se observan firmemente adheridas, se sumerge diariamente el bulto en agua de lluvia, a la que puede añadirse una pequeña cantidad de abono orgánico.
8. Se evita que reciban los rayos solares directos, sobre todo a medio día, mediante el cambio de su ubicación en el área según la estación del año. El bulto de germinación puede mantenerse hasta por tres años.
9. Las plantas se desprenden, se trasplantan a otro bulto, a una maceta con sustrato de buen drenaje o a un tronco a manera de arreglo floral, y se conservan en el área de crecimiento.
Método de la cuerda para tillandsias de hojas grises
Las semillas germinan en cuerdas de cáñamo del grosor de un dedo y de 30 a 60 cm de largo, según el tamaño de las semillas también podemos probar con cuerdas de otras fibras vegetales, como la fibra de la pitera o agave , y seguir esta secuencia:
1. Se atan los extremos de la cuerda para evitar su destrenzado.
2. La cuerda se sumerge en agua hasta empaparla y luego se deja drenar.
3. Se acomodan las semillas en una charola invertida formando una franja de poco menos del largo de la cuerda y del doble de ancho.
4. La cuerda húmeda se tensa y se hace girar sobre las semillas para que éstas se le adhieran en toda la superficie.
5. Se coloca la cuerda verticalmente bajo techo y a la sombra en el área de propagación o en invernadero; en caso necesario se tiende malla de sombra al 50%.
6. La cuerda se riega con atomizador cada día; en dos ocasiones en lugares poco húmedos.
7. Diariamente se revisa la cuerda con lupa para detectar el surgimiento de las plántulas así como la presencia de hongos, algas e insectos. Lo mejor es usar siempre semillas frescas, rara vez atacadas por hongos.
8. De ser necesario se agrega un plaguicida natural al agua de riego. En el caso de los hongos es eficaz el contenido en los musgos, en especial del género Sphagnum: los musgos se maceran y se mezclan con agua; el líquido se tamiza antes de asperjarlo. Si se utilizan fungicidas comerciales han de evitarse los compuestos con cobre.
9. Cuando las plántulas adquieren un tamaño manejable se desprenden con pinzas y se trasplantan a una pequeña cuerda individual, una maceta con sustrato de buen drenaje, un tronco, etcétera, y se mantienen en el área de crecimiento del vivero.
Método de la bandeja para tillandsias de hojas verdes
1. Un plato de barro sin esmalte de 10 a 12 cm de diámetro y 4 cm de hondo se cubre con una capa de piedras quebradas de un centímetro.
2. Se tiende sobre las piedras y hasta 2 por debajo del borde del plato una capa de alguno de los siguientes sustratos, de preferencia esterilizado con vapor: suelo musgoso, fibra de helecho o una mezcla a partes iguales de hoja de pino o arena y tierra de bosque.
3. Se sumerge el plato en agua sin que el líquido se desborde en su interior; cuando su contenido se haya saturado se retira del agua y se deja drenar.
4. Las semillas se esparcen sobre el sustrato y se tapa el plato con un vidrio.
5. Se deja el plato en un punto del área de propagación con luz plena y a una temperatura de entre 18 y 25 oC hasta que germinen las semillas, lo que sucede en un periodo de 10 a 25 días.
6. Las plántulas recién emergidas se riegan con jeringa. No deben exponerse al aire excesivamente húmedo o seco ni a insectos. Para que dispongan de aire fresco se levanta el vidrio con una cuña y, si es necesario, se retira por las noches.
7. Al cabo de 2 a 3 meses, las plántulas tienen un pequeño tallo, están erectas y sus raíces llegan a ser numerosas y fuertes. Entonces se quita por completo el vidrio y se hace el trasplante.
8. Se trasplantan a bandejas de plástico o barro de 20 cm de lado y 4 cm de profundidad, en cuyo fondo hay un sustrato poroso, como piedras o pedazos de barro, y encima uno fibroso, como musgo u hojarasca.
9. Se mantienen las bandejas sobre mesas cubiertas con una capa de arena de río. Se riegan con atomizador y se humedece el piso con regularidad.
10. Las bromelias se trasplantan hasta tres veces en bandejas cuando el sustrato se compacte o cubra de algas o musgo y hasta que alcancen alrededor de 3 cm de altura.
11. Las mayores se trasplantan a camas o macetas con sustrato de buen drenaje. En las camas precisan de menos materiales y atención, y no están expuestas a la humedad y la sequedad extremas, como sucede en las macetas. Si se emplean éstas, téngase presente que la expansión de las raíces depende del volumen disponible de sustrato. Las macetas se ponen sobre mesas cubiertas con un falso piso: una capa de arena de río, rejas de madera o macetas invertidas. Se cambian las macetas, hasta tres veces en un año, cuando el sustrato se llene de raíces o las bromelias disminuyan su crecimiento.
Riego
El cuidado fundamental de las bromelias radica en el riego. Aunque resisten mucho la escasez de agua, puesta en evidencia por la exageración de la curva cóncava de las hojas, para promover su crecimiento debe aportarse un rociado suficiente y evitarse el perjudicial exceso de humedad. Sugerimos:
• Tomar en cuenta el movimiento del aire y la temperatura y la humedad ambientales para determinar la cantidad y la frecuencia del riego.
• Poner atención en el tipo de sustrato en que se cultivan las plantas, pues algunos absorben agua mucho más que otros; sólo en los de rápido drenaje pueden darse riegos continuos.
• Emplear agua ligeramente ácida, de pH cercano a 7, de preferencia de lluvia y rociarla por las tardes o las mañanas.
• Regar diariamente, incluso en dos ocasiones cuando la temperatura al medio día sea mayor de 23.6 oC. En tiempos de calor extremo los “tanques” de las bromelias han de mantenerse llenos de agua.
• Preferir el riego por aspersión, pues la oxigenación del agua debida a la presión es beneficiosa para las plantas. Cuando sea costoso instalar un sistema de riego se pueden ocupar mochilas de aspersión. Si las plantas son muy pequeñas se riega a mayor distancia para evitar dañarlas.
• Mojar los pasillos, los espacios entre las macetas y sus soportes.
• Evitar la manipulación y la caída de agua en las inflorescencias para conservar las brácteas libres de manchas.
• Favorecer la circulación del aire y la disposición de luz después de cada riego, para que se sequen en un lapso máximo de 4 horas.
Aireación
Debe permitirse el movimiento natural del aire en el vivero para posibilitar el buen crecimiento de las bromelias. En áreas forestales de poca circulación de aire se ha notado que estos vegetales se encuentran en bajo número.
Floración
En el proceso de la floración intervienen numerosos factores ambientales y sus combinaciones: la intensidad y la duración de la luz, los cambios de temperatura, 4la fluctuación de la humedad, la altitud, la variación en la composición química del aire…
Si se busca acelerar el desarrollo de las bromelias y disminuir el tiempo necesario para que florezcan es preciso proporcionarles una adecuada nutrición y suficiente luz, particularmente durante los meses de invierno.
En algunas especies la aparición de las flores se retrasa y en otras se adelanta al someter a las plantas a varios días fríos, de temperaturas mínimas de 0 a 4.5 ºC.
La mayoría de las bromelias tiene un periodo determinado para florecer que no resulta afectado por cambios moderados de temperatura.
Plagas y enfermedades
Según el manual técnico del Proyecto vifinex (2001), las plagas y las enfermedades más comunes así como sus respectivas medidas de prevención y control son:
Las manchas en las hojas
Las manchas foliares son causadas por hongos como Curvularia sp., Phoma sp., Macrophoma sp., Pestalotia sp. y Microsphaeropsis sp., organismos cuya presencia es fomentada por el exceso de humedad. Las manchas, de color amarillo, café, negro, rojizo o violeta, por lo general se extienden a partir de la punta de las hojas hasta afectarlas totalmente; llegan incluso a provocar la muerte de las plantas. Para disminuir su aparición ayuda:
• Manejar las bromelias en su hábitat natural.
• Reducir los riegos aéreos y las exposiciones a lluvias excesivas.
• Mejorar la ventilación dentro del vivero.
• Regular la sombra de acuerdo con las necesidades de cada especie.
• Separar los hijuelos de las plantas madre en floración.
• Aislar las plantas dañadas para recuperarlas y evitar la contaminación del resto.
La marchitez por hongos
La marchitez debida a especies del género Fusarium se muestra como manchas café en las hojas. La alta humedad y las temperaturas superiores a 25 °C promueven su aparición y dispersión. Para combatir la enfermedad se destruyen las plantas afectadas y se refrescan y ventilan los invernaderos.
Una variante es la antracnosis, originada por el hongo Colletotrichum sp., patógeno que causa lesiones similares a hendiduras sin borde definido y frecuentemente de color café. Este hongo se multiplica también en ambientes cálidos y húmedos, y es diseminado por la lluvia, los insectos y otros animales.
Los hongos acarrean dificultades adicionales cuando cubren las camas, los bultos, las cuerdas y las bandejas de germinación e impiden el paso del agua y el aire hacia el sustrato. Se evitan con la esterilización de los sustratos y las superficies de todos los objetos que estarán en contacto con las semillas.
Los piojos harinosos o pulgones
Se hospedan en lugares inaccesibles de las hojas, se propagan rápidamente y dañan las plantas al succionar sus fluidos. Son favorecidos por el escaso movimiento del aire y los calores secos.
Los áfidos
Son los pulgones, que al alimentarse de la savia de las hojas causan su enrollamiento y atrofia y en ocasiones transmiten virus. La especie más común es Mysus persicae. Para controlarlos se observan periódicamente las hojas tiernas de las bromelias y se retiran las afectadas y los pulgones visibles.
Las escamas o cochinillas
Las escamas son insectos chupadores estacionarios que debilitan las plantas y segregan una mielecilla promotora de afecciones por hongos. Para evitar su proliferación se revisan regular y cuidadosamente todos los hijuelos del vivero a fin de detectarlas y eliminarlas, y se mantienen limpias las herramientas y la ropa de trabajo. Un número creciente de hormigas puede ser signo de la presencia de escamas, cochinillas o áfidos.
Para combatir las escamas se practica el control biológico, es decir, se liberan en el vivero organismos que las parasitan o se las comen: Chilocorus nigritis, Lindorus lophanthae, Cryptolaemus montrouzieri, Hippodamia convergens, Metaphycus helvolus, Aphytis melinus y Leptomastix dactylopii.
Los caracoles y las babosas
Se comen las hojas de las plántulas, raspan los vitales tricomas y devoran las puntas tiernas de las inflorescencias. Algunos agricultores orgánicos emplean trampas: al anochecer distribuyen en las camas latas bajas, como las de sardina y atún, llenas de cerveza; los animales, atraídos por el líquido, entran a los recipientes y se ahogan.
Enhorabuena por el artículo! sin duda, es la mejor explicación que encontré en la red 😀 Tengo semillas de diferentes variedades de tillandsias. Voy a intentar germinar y hacer progresar las semillas según tus indicaciones y me preguntaba que hacer con el resto de semillas que no vaya a utilizar de momento. Puedo almacenarlas en el congelador? o algún otro método para que aguanten frescas para cuando las quiera utilizar?
Por otra parte, vivo en valencia (zona húmeda) por lo que creo que me decantaré por el método de la media o malla para intentar que germinen mis semillas. Tal y como comentas, cuando consiga plántulas de aproximadamente 3 centímetros, puedo colgar las mallas en algún tipo de cable o cuerda en el aire? o debo ponerlas en maceta?
Gracias por la información! un saludo!