El concepto de Xerojardinería se desarrolló en los Estados Unidos en 1981, en el estado de Colorado, en un esfuerzo conjunto del Departamento de Aguas de Denver, la Universidad Estatal de Colorado y la Asociación de Paisajistas de Colorado. Un fuerte crecimiento de la población urbana en el estado de Colorado a finales de los 70 provocó los primeros síntomas.
Los estados del oeste de los Estados Unidos reciben gran parte de la precipitación anual en primavera y otoño, sufriendo sequías periódicas durante el resto del año. Una intensa sequía que tuvo lugar en California en 1977 había sido la señal de alarma: la jardinería, que siempre constituye el principal afectado por las restricciones de agua, debía adaptarse a las nuevas necesidades o bien resignarse a sufrir una merma en la calidad paisajística.
En 1986 se creó el National Xeriscape Council, organización no lucrativa, que estableció la marca comercial Xeriscape TM. Xeriscape viene del griego «xeros» (seco) y del inglés «landscape» (paisaje, jardín). Con el tiempo, el concepto del Xeriscape se extendió a lo largo de los Estados Unidos. Incluso en los estados de elevada pluviosidad, como Georgia, los problemas empezaron a hacerse patentes durante la década de los 80, cuando la inmigración en los Estados Unidos alcanzó sus máximos; muchos de estos inmigrantes se instalaron en los estados sureños: Georgia, Florida, y la mayoría de ellos lo hicieron en zonas urbanas. La demanda de agua per cápita, además, se ha cuadruplicado en los últimos 25 años. La mayor parte del agua es consumida durante los mese de verano, debido principalmente al riego de los céspedes y de los jardines privados.
El día 31 de Marzo de 1993 dejó de existir el Nacional Xeriscape Council en los Estados Unidos. Los objetivos iniciales de la sociedad se han visto cumplidos con creces: la Xerojardinería ha evolucionado en los Estados Unidos de tal forma que su práctica y filosofía son ya de uso extendido en el ámbito de la jardinería americana. El Servicio Cooperativo de Extensión Agraria de la Universidad de Texas, es actualmente responsable en los Estados Unidos de centralizar la información correspondiente al tema de la Xerojardinería. El término «xeriscape» es ya de dominio público y no se requiere ningún permiso especial para aplicar sus pautas a nivel profesional. La aplicación de las técnicas de Xerojardinería se extiende hoy en día a 40 estados y se prevé que con el tiempo llegará a establecerse como norma en los Estados Unidos. Además, existen más de 100 programas educativos basadas en la Xerojardinería y los servicios municipales de jardinería y los de extensión agraria han adoptado ya los principios de la xerojardinería.
Un xerojardín no es un jardín lleno de cactus y chumberas, ni tampoco un lugar de aspecto seco, sin césped, dominado por los colores terrosos y marrones. Cualquier tipo de planta, cuando está situada en el lugar correcto y bajo un mantenimiento adecuado, puede ser utilizada en xerojardinería. En el jardín de bajo consumo de agua tienen cabida, como podremos descubrir, infinidad de especies y diseños muy atractivos.
La xerojardinería se basa en el uso eficiente del agua. La mayoría de especies autóctonas son, de modo natural eficientes en agua. Aprender del paisaje natural que nos rodea es la clave. De hecho, la mayoría de nuestros jardines históricos, admirados por su belleza, tienen mucho de xerojardines: poseen una gran cantidad y variedad de árboles y arbustos y pocas praderas de césped, y utilizan en general, especies pocos exigentes en cuanto a riego. Por el contrario, los «nuevos» jardines, con amplias superficies de césped y pocos árboles y arbustos, suelen tener consumos de agua mucho más elevados.
Para evitar caer en este error, es necesario conocer las claves imprescindibles para diseñar xerojardines y en los jardines que ya están implantados, muchas veces basta con un ligero rediseño para convertirlo en un jardín con pocas necesidades de agua. Por desgracia la tendencia en la jardinería actual de introducción de especies exóticas no nativas implica un mayor cambio en el diseño del jardín, y no sólo en el diseño, sino que también se hace necesario adoptar un cambio de mentalidad en la apreciación de la estética paisajística y en las pautas de mantenimiento. El jardín se ha considerado muchas veces una muestra del estatus social de los habitantes de una residencia. Debemos empezar a pensar con una mentalidad más futurista en el legado que transmitiremos a nuestros hijos. ¿Por qué no empezamos entonces por cambiar nuestro concepto de jardín e intentamos transmitírselo a nuestros vecinos?.
Aunque resulte paradójico, el xerojardín puede ser un lugar con más riqueza y vida, aunque con menos agua. Es conveniente tener en cuenta que el xerojardín suele tener una elevada diversidad de plantas y ambientes (zonas de copas de los árboles, arbustos, rocallas, zonas de plantas aromáticas, tapizantes, recubrimientos vegetales e inorgánicos, etc.) de gran atractivo para la fauna silvestre.
Además, las especies de plantas autóctonas proporcionan alimento y refugio a un mayor número de especies silvestres, entre ellas numerosas aves, insectos y mariposas.