Cuando cuidas una planta, trabajas en un jardín o huerto, vas obteniendo pequeños logros. Una nueva hoja o una bonita flor seguro que genera una sonrisa y le vamos tomando el pulso a la naturaleza.
Un estudio de la Royal Horticultural Society asegura que el trabajo en el huertos escolares mejora la inteligencia de los niños, ayudándoles a desarrollar la comprensión del lenguaje y las matemáticas, los conocimientos científicos, las relaciones sociales, habilidades físicas, la conducta y el sentido de la responsabilidad.
Crear un pequeño huerto en casa puede resultar muy sencillo y es una actividad muy enriquecedora para compartir en familia.
Tan solo te hará falta una maceta grande, una pequeña pala o rastrillo, una regadera, tierra y semillas de hortaliza o plantas aromáticas. Ten en cuenta que el pequeño huerto deberá de recibir luz solar, antes de rellenar la maceta de tierra deberemos elegir el lugar donde lo ubicaremos. Haremos pequeños surcos en la tierra para introducir las semillas, luego taparemos ligeramente la tierra y regaremos, esperaremos a que salgan los brotes y controlaremos las plagas. Una vez terminada la tarea es tiempo de evaluar.
Los beneficios para los niños son diversos:
-Aprenden técnicas básicas de cultivo.
-Conocen los ciclos de la naturaleza
-Respetan y cuidan el medio ambiente. Integran principios ecológicos.
-Desarrollan hábitos saludables.
-Incrementan su autonomía.
-Trabajan en equipo.
Si se tiene una terraza muy pequeña o no se tiene ninguna, otra opción es cultivar hierbas aromáticas como: menta, romero, perejil, cilantro, estragón, etc, en macetas pequeñas.
Realizar estas actividades de jardinería es una buena fórmula para alejar a los niños de la televisión, del ordenador y de las videoconsolas además de que existen una serie de juegos que hacen que se diviertan y jueguen en el mismo jardín de la casa y que son una alternativa original para regalar estas navidades.