El nombre orquídeo proviene del griego “Orchis” que significa testículo, forma que es muy parecida a tubérculos (pseudobulbos) que presentan algunas de esta plantas. Los griegos fueron los primeros en describir estas hermosas plantas, Teofrasto, hablo de ellas poniendo comienzo a la sistemática de clasificación de las orquídeas en su tratado “Sobre las causas de las plantas” en el siglo III antes de Cristo.
Flores regalo de la naturaleza, son consideradas una de las más bellas creaciones existentes en los bosques, praderas, selvas y otros habitad de la tierra.
Como norma general son plantas epifitas en su gran mayoría, aunque hay sus excepciones, tales como las orquídeas terrestres que viven en suelos de algunas praderas y bosques. Las orquídeas en la naturaleza se sostienen fijando sus raíces en los sustratos donde crecen, tales como troncos de árbol, piedras porosas, barro, etc. Se alimentan de las sales disueltas en el agua, las raíces suelen ser gruesas y porosas, de color blanquecino cuando se encuentran secas y verdosas cuando están húmedas.
Debido a su gran belleza, aroma y durabilidad de las flores, pueden hacernos disfrutar de sus colores y formas, que en ocasiones nos pueden recordar insectos o pájaros, durante periodos largos, ya que algunas suelen llegar a florecer durante más de un mes. Como consecuencia de lo anterior, su uso se extendió en la sociedad como plantas de ornamento o para coleccionar, sin embargo, hay algunas especies que son utilizadas desde hace varios cientos de años como parte de la alimentación como la conocida vainilla, que no es más que el fruto de una orquídea originaria de México que crece en forma de enredadera. La vainilla se cultiva desde el tiempo de los Aztecas, donde era usada para la preparación de bebidas. Las orquídeas son hermafroditas, esto es, se pueden fecundar utilizando sus propios órganos de reproducción, sin la necesidad de la presencia de otra planta.
Debido a lo complejo de sus estructuras reproductoras, las orquídeas necesitan la ayuda de insectos y cultivadores para fecundarse. La vainilla es un ejemplo muy claro de la polinización, una vez polinizada la flor de la vainilla, forma una vaina larga donde se albergan miles de semillas, las vainas son recolectadas en su madurez antes de abrirse, tratadas a una temperatura y humedad definidas y solo después de este tratamiento podremos apreciar el aroma y sabor de la vainilla. Actualmente la vainilla se cultiva en varios países y se vende en todo el mundo agraciándonos a todos con su exquisito sabor y aroma.
Existen otras orquídeas que son utilizadas por los indignas como medicina natural o como alimento. Las orquídeas suelen tener una morfología específica, muchas de ellas cuentan con paseudobulbos, los cuales está unidos entre sí con un rizoma. De los rizomas salen raíces gruesas y porosas que ayudan a la planta a absorber las sustancias nutritivas del agua. Los pseudobulbos cumplen con una función primordial para la planta, esqueleto y almacenamiento de sustancias nutritivas, de hecho algunas orquídeas son utilizadas para prepara comida a partir del contenido de los pseudobulbos o como medicina, en Turquía se prepara una bebida llamada Salep para la que se utilizan pseudobulbos de orquídea.
Existen unas 30.000 especies de orquídeas repartidas en casi todo el mundo, Las especies de orquídeas son tan diferentes, que hay ocasiones en que no nos damos cuenta que nos encontramos con una planta del mismo género. Como regla, las especies mas bellas son las que crecen en el trópico y son las especies más cultivadas actualmente, se dice que aquel que cultive una o dos plantas de orquídea, se ve embrujado en el encanto de estas flores y que una vez dentro, ya no es posible separarse de ellas. Estas plantas producen una enorme satisfacción a las personas que las cultivan, les causa mucha alegría el ver que año con año la planta se incrementa en uno o dos pseudobulbos y si el cuidado es el correcto, la planta nos hace un regalo con sus maravillosas flores que tardarán muchos días en terminar de abrir y marchitarse. Las orquídeas habitan en casi toda la tierra a excepción de las regiones donde hay glaciares o en los desiertos inhóspitos.
Nos preguntamos, ¿qué es lo que une a estas plantas tan diferentes en una familia?
Lo primero que observamos, es la construcción de las flores, que a pesar de ser tan diferentes una de otra, las podemos meter en un esquema bien definido. La flor de las orquídeas tiene 3 sépalos y tres pétalos internos, uno de los cuales se conoce con el nombre espacial de “labelo”. Los sépalos son los que encierran el botón antes de abrirse y al estar cerrado tiene la forma de una esferita que al abrirse se despliegan y nos muestra la flor en toda su plenitud con los tres sépalos, uno de los cuales, generalmente el inferior, tiene una forma increíble y podemos decir que es la parte de más impacto visual de la flor.
La parte central, la más característica de flor, es una estructura que está un poco escondida y que está formada por una especie de columna carnosa. Justamente en esta estructura es donde encontraremos los órganos de reproducción de la flor. Esta parte puede ser cilíndrica, o por lo contrario, tener forma de alguna figura, pájaro, insecto u otras formas como sacadas de la ciencia ficción.
En la parte superior de esta estructura, nos encontraremos con una especie de granitos donde se encuentra el polen, los cuales están cubiertos por una media cápsula que al quitarla, nos permite extraer los granitos con el polen, estos granitos cuentan con una especie de pata que contiene una sustancia pegajosa que está en el límite inferior donde se encuentra la cápsula y el órgano femenino de la flor que tiene una forma cóncava y que es, donde se albergarán los granitos con el polen y que gracias a ella se puede pegar de tal forma que suceda la polinización de la flor. La flor una ves polinizada, la parte cóncava se cierra y durante su maduración se va formando una cápsula de la cual saldrán miles, hasta un millón de semillas, de las cuales solo un pequeño porcentaje crecerán y generarán nuevas plantas. La patita, de los granitos, al tener la sustancia pegajosa, ayuda a los insectos a llevarse el polen para después ser metido en el sitio de polinización de otra flor. Hay flores que solamente pueden ser polinizadas con un tipo de insectos, existen flores que secretan un tipo de sustancia que es igual a la que algunos insectos utilizan para llamar a los machos a reproducirse, de esta forma el insecto se acerca a la flor pensando que es una hembra y la poliniza. Debido a que las orquídeas cuentan con órganos de reproducción muy sofisticados, las flores duran muchos días, que en ocasiones puede llegar a más de un mes, este fenómeno se da en las orquídeas para poder incrementar la probabilidad de ser polinizadas.
En el caso de orquídeas con más de dos flores en la vara, estas abren poco a poco, de tal forma que el periodo de floración se agranda y esto ayuda a que siempre exista una flor fresca para ser polinizada por los insectos. Hay muy pocas orquídeas que duren unos días y estas flores cuentan con un sistema que las ayude a ser polinizadas en un corto periodo, olores intensos, formas y secreciones que llamarán de una forma escandalosa a los vectores de polinización para que realicen su labor. Los granos que contienen el polen carecen de valor nutricional para los insectos, ya que prácticamente protegen el polen que se encuentra en el interior, por lo que las orquídeas “pagan” el trabajo de los insectos secretando néctares irresistibles secretados por la flor en la parte carnosa donde se encuentran los órganos reproductores o en partes estratégicas de tal forma que el insecto pueda acceder y llevarse el polen a otra flor.
Las semillas de las orquídeas, al ser tan pequeñas, no contienen alimento para poder germinar, por ello, en el siglo XVI se pensaba que las cápsulas de semillas contenían polvo y que las orquídeas no tenían semillas, sin embargo, en el siglo XIX los investigadores vieron que las orquídeas solo podían germinar si era en presencia de hongos. Las orquídeas no presentan una especificidad alta frente a los hongos que las hospedan, un tipo de hongo puede “parasitar” a muchas especies de orquídeas, se conocen varios géneros de hongos, uno de los que más aparecen es el género Rhizoctonia. A principios del siglo XX, los investigadores empezaron a comprender mejor la simbiosis hongo-orquídea, el hongo parasita la planta, de esta recibe sustancias alimenticias como carbohidratos y el hongo le ofrece minerales y de esta forma sobrevine los dos.
Hay ocasiones en que los hongos se comen a las semillas, seguramente existe una señal que le hace parar al hongo en el ataque y en lugar de terminar comiéndose la semilla, le pasa alimento y la orquídea empieza a sacar raíces y hojas. Las plantas al estar infectadas podrían ser víctimas del hongo, sin embargo, el hongo no es capaz de sobrepasar a la parte del pseudobulbo y más arriba, esto se realiza con la ayuda de un sistema de detección y barreras que no permiten al hongo subir por la planta para infectarla y terminar comiéndosela. El sistema de defensa de la planta, destruye al hongo en el interior de la planta justo en la barrera que no puede penetrar, en este sitio el hongo pierde su integridad estructural y la planta utiliza las sustancias de las cuales están hechas las hifas de los hongos y con ello aporta material para el crecimiento. Igualmente, la simbiosis se lleva en las raíces de planta, la planta alimenta al microorganismo y el microorganismo le da minerales a la planta para poder crecer. Se han realizado experimentos cultivando orquídeas en corteza de árbol troceada regadas con agua destilada, las plantas, sobrevivieron durante años, esto implica que las plantas se alimentan de la mineralización de la corteza realizada por los hongos y estos reciben de la planta azucares y otras sustancias con las cuales viven en unión.
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